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sábado, 19 de abril de 2014

Vidal López, leyenda del béisbol venezolano



Un día como hoy, pero hace 96 años Venezuela celebraba los 108 años del primer paso dado con acierto hacia su independencia. Eran tiempos de paz, una “paz romana” para un país aquejado de guerras en el siglo pasado, pero que ahora respiraba una tensa tranquilidad bajo la mano de hierro del general Juan Vicente Gómez. Lo que Venezuela entera no sabía entonces es que ese día, en Río Chico, Estado Miranda, nacía la primera gran leyenda deportiva de la nación y uno de los actores principales en la consolidación del béisbol como nuestro deporte nacional, nuestra primera celebridad deportiva a nivel internacional , me refiero a Vidal López, “El Muchachote de Barlovento”, nuestro primer gran jonronero.


Vidal López Ascanio fue, para ponerlo en palabras simples, el equivalente venezolano a Babe Ruth, era un superdotado pelotero que además de sus enormes cualidades al bate, era también un gran pitcher que podía ser el as número uno de cualquier rotación, López pertenece a esa extaña estirpe de peloteros que te pueden hacer un ganar un juego tanto con el bate como desde la lomita, raza de beisbolistas hoy extinta y cuyos principales especímenes fueron Babe Ruth, Bullet Rogan, Martín Dihigo y el nuestro, Vidal. Hoy, aun a pesar de más de 300 de los nuestros en las mayores, muchos historiadores incluyen a López entre los primeros tres en la lista de los mejores peloteros venezolanos de todos los tiempos, mención que con frecuencia comparte con Luis Aparicio y Miguel Cabrera.

A los seis años de edad el padre de Vidal muere, dejando a su madre sola con sus dos hijos: aparte de Vidal, una hermanita invidente que el muchachote siempre tuvo bajo sus cuidados. En 1927 la familia se muda a Caracas, donde el niño ejerce diversos trabajos para ganarse la vida: fue mandadero de una familia de apellido Navarro y mensajero de una clínica, al tiempo que ejercía como monaguillo de la Iglesia Altagracia, y en ese oficio conoce al señor Víctor Soto, quien lo motivó a participar en las caimaneras de San Agustín.

La educación primaria de López solo fue suficiente para que éste aprendiera a escribir y a los nueve años comenzó a participar en el béisbol, siendo pitcher, cátcher y outfielder. A los 13 años, en 1931 ganó su primer gallardón como pelotero, siendo seleccionado el mejor pitcher de una liga infantil donde ponchó a 122 bateadores en 7 juegos, de los cuales ganó 4.

En 1934, con solo 16 años de edad fue invitado a formar parte del legendario equipo del Concordia, propiedad de Gonzalo Gómez, hijo del dictador cuyo equipo es recordado como uno de los mejores en la historia de Venezuela. Con ellos, Vidal recibió su primer sueldo como beisbolista: 300 bolívares, más hotel y comida por semana. Entre  ese año y 1936, López también jugó en el occidente del país, notablemente en la Liga de Barquisimeto, jugando para el Japón, equipo que le pagaba 700 bolívares semanales, una fortuna para la época.


En 1935 Vidal López debuta en la Liga Caraqueña de primera división, con el Royal Criollos y en siete de los doce juegos de su equipo (una temporada brevísima), López lanzó en siete, terminando con marca de 5-0 con 28 ponches y una minúscula efectividad de 0.65. posteriormente, en 1936 los Royones usarían poco a Vidal  y lo dejarían ir al final de la misma.

En 1937 Vidal mostraría por primera vez lo que podía hacer con el bate. Fue aquella una temporada histórica, pues la muestra de poder exhibida por el joven barloventeño cambió para siempre el béisbol venezolano. Jugando para los Sabios de Vargas, el 22 de agosto, el primer jonrón de López ese año fue el primer Grand Slam bateado en suelo venezolano, un batazo tan asombroso que de él se habló por semanas y los periódicos lo rememoraban y hasta lo hiperbolizaban hasta el cansancio… nunca antes nadie había dado un jonrón con las bases llenas en nuestro país. 


Vidal López, el primer gran jonronero venezolano


A continuación, el 26 de septiembre, López empataría y posteriormente establecería nuevo récord de jonrones para el béisbol venezolano de primera división, cuando en un encuentro conectaría dos jonrones, nuevamente algo insólito: Vidal fue el primero en la historia del béisbol profesional venezolano en dar dos jonrones en un juego, y por último López dejó el nuevo récord en cuatro jonrones, cuando cerró la temporada con un soberbio batazo que se llevó en claro los límites del parque y que según las lenguas exageradas del vulgo, la pelota viajó  casi 600 pies, algo que nunca ha ocurrido en ninguna liga de béisbol o cricket. Aquella muestra de poder de Vidal López en 1937 no tuvo precedentes, era primera vez que Venezuela vivía tal cosa y eso es suficiente para eliminar cualquier alegato de quienes pretenden negarle a Vidal el título del primer gran jonronero de Venezuela.

Aun con todo el poder exhibido, López se tomó el año de 1938 libre y regresó en 1939 en excelente forma, ayudando nuevamente a los Sabios de Vargas a obtener el campeonato, pues ese año ganó 5 y perdió 1 con efectividad de 1.71 y treinta ponches y 12 boletos en 63 innings completos, mientras que en el plano ofensivo, su promedio al bate fue de .274 con dos jonrones y 6 remolcadas en 23 juegos. 
  
En 1940, López jugó en la Liga de Maracaibo, con el Cardenales B.B.C, (ningún vínculo con los actuales Cardenales) y aunque sus números en el pitcheo no fueron los mejores pues ganó tres y perdió seis en catorce apariciones en la lomita, con efectividad de 3.44 con 55 ponches en 110 innings, aunque a la ofensiva, se fue de tú a tú con Joshua Gibson (el Babe Ruth negro y quien jugaba para el Centauros) y ambos terminaron empatados en el departamento de jonrones con cuatro (empatando el récord del béisbol profesional venezolano en ese entonces), en adición, López fue segundo en remolcadas con once, solo superado por las catorce de su compañero en el Cardenales (y posteriormente en el Magallanes), Chucho Ramos.

El nombre de Vidal López era ya conocido fuera de Venezuela. Y es que, aunque el nivel del béisbol en nuestro país, aun no era suficiente como para compararse al de México, Puerto Rico y menos aún a Cuba, por nuestro país pasaron  y salieron notables jugadores internacionales que ayudaron a esparcir el nombre de Vidal López. Satchel Paige, se encuentra en esos nombres, pues Paige lo enfrentó cuando jugó en la Liga Nacional de Béisbol, Joshua Gibson jugó contra él en la Liga de Maracaibo, y Alejandro Carrasquel, el “patón”, había sido su compañero y rival con anterioridad. Alex Carrasquel en 1939 fue el primer venezolano en las mayores luego de una pasantía en Cuba (fue el primer venezolano en jugar en Cuba) y fue tal vez el punto de referencia para que Vidal llegara a la pelota cubana para el invierno de 1940-1941. 

Gibson, rival y luego compañero de López


“El Patón” no solo fue compañero de Vidal en el Concordia y posteriormente en Magallanes, sino también su rival en los match ups entre Magallanes y Cervecería Caracas (ambos jugaron para los dos equipos), y eran buenos amigos, tanto que Carrasquel siempre le decía a López: “Lamento no poder llevarte a los Estados Unidos para que juegues en las Grandes Ligas”. 

El "Patón", amigo, rival y compañero de López


En Cuba, López jugó para los Elefantes de Cienfuegos y terminó con marca de 12 victorias y cinco derrotas, liderando la liga en ese departamento, además del de juegos completos, pues de los 20 juegos iniciados por él, completó 16. Al bate, López terminó con promedio de .243 pues fue utilizado como reemplazo en el left y el rightfield. López fue seleccionado como el Pitcher Estrella de esa temporada en Cuba, y no subestimen dicha selección, pues López tuvo como competencia a grandes del pitcheo de su época: Martín Dihigo, Agapito Mayor y Luis Tiant, padre. En Cuba, López conocería a un personaje fundamental en su carrera: Lázaro Salazar, quien posteriormente fue su manager en México y por supuesto en Venezuela, siendo ambos los cerebros forjadores de la primera gran dinastía de los Navegantes del Magallanes en la LVBP, cuando en la década de 1950, ganaron tres campeonatos. 

Salazar y López


En 1941, Venezuela se corona Campeón del Mundo de Béisbol y a partir de esa fecha se da el “Boom” del béisbol venezolano. López no fue parte de los campeones del 41 por su condición de profesional, pero luego de su destacada actuación en Cuba, estaba listo para su participación en Venezuela, con el equipo que terminaría siendo su definitivo hogar: Magallanes.

Aquella temporada del 41 Magallanes perdió el último juego de la temporada y el Campeonato finalmente conseguido por los Patriotas de Venezuela, sin embargo la temporada de López fue mágica, al convertirse en el primer lanzador en la historia del béisbol profesional venezolano en ganar la Triple Corona de Pitcheo y el único en lanzar dos no hit no runs.

El muchachote terminó con marca de 9 ganados y cuatro derrotas, ponchó a 55 rivales y su efectividad fue minúscula: solo 0.67 en 121 innings de labor, producto de 9 carreras limpias permitidas. Además de la Triple Corona, López lideró la liga en innings lanzados, lanzó dos no hit no runs y conectó el único cuadrangular del campeonato.

El 31 de octubre de 1942, en miras a la preparación del campeonato de béisbol, tiene lugar el primer Caracas-Magallanes en la historia, y Vidal López abre por los turcos mientras que por los cerveceros lo hace el Patón Carrrasquel y López vence al Caracas 4 carreras por 0. Posteriormente, la Liga Nacional (no la LVBP), decide que para ayudar a los nuevos equipos (como el Cervercería), los equipos viejos (como Magallanes), debían “prestar” sus jugadores para que éstos equipos nuevos pudieran pelear en condiciones iguales, debido a esa razón López es enviado al Cervecería para la temporada 42-43 y el 27 de diciembre de 1942, en el primer Caracas-Magallanes oficial, López blanquea a su antiguo equipo (su verdadero equipo en realidad) tres carreras por cero, ese mismo año, López gana su segunda Triple Corona, con récord de 6-1 con efectividad de 1.14 y 26 ponches en 8 aperturas de las cuales completó seis para liderar ese departamento también. Al bate, su promedio fue de .313 y en doce encuentros impulsó 20 carreras.

Pero antes de su paso por el Cervecería, López tuvo una destacadísima actuación con los Cangrejeros de Santurce en la pelota boricua en la temporada 41-42. Debido a problemas personales, Joshua Gibson tuvo que postergar su incorporación al equipo cangrejero por lo que Pedrín Zorrila contrata de emergencia a Vidal López, quien llegó apenas el viernes antes del inicio de la campaña. Cuando trajeron a López, los ejecutivos de los Cangrejeros confiaban en el talento de quien se decía: “tenía las mismas habilidades que Alejandro Carrasquel” y: “si dejaron jugar a los morenos en las mayores, el jugaría allí”. 

Según Juan Vene, de haber jugado en las Grandes Ligas, Vidal López estaría en el Salón de la Fama



López abrió el primer juego de la temporada y aunque tuvo un mal primer inning, se recuperó para ponchar a once de sus rivales de los Tiburones de Aguadilla, incluyendo los tres del cuarto inning, pero los Cangrejeros no pudieron recuperarse y perdieron. En la segunda apertura, López blanqueó a los Leones de Ponce (eventuales campeones) y conectó jonrón en ese juego.

En el primer fin de semana de noviembre, los Cangrejeros se enfrentaron a sus eternos rivales: los Senadores de San Juan. En el juego uno, le tocó abrir a Vidal, quien llegó al octavo inning ganando el juego dos carreras por cero, con ambas carreras siendo impulsadas por el mismo, en ese inning Vidal llenó las bases sin outs, entonces obligó a Monte Irvin (leyenda del béisbol negro) a batear un flyicito que impulsó la primera de San Juan, posteriormente López forzó a Terris McDuffie a batear para doble play para preservar la ventaja que no perdió y al final del encuentro, los fanáticos cangrejeros sacaron a Vidal en hombros.

Luis Cabrera, Ray Dandrige (el mejor tercera base de las ligas negras), Josh Gibson y Vidal López fueron seleccionados como los únicos cangrejeros al Juego de las Estrellas. Posteriormente, la enorme exhibición de poder de Josh Gibson acaparó la atención de la segunda mitad de temporada. Gibson y López, una vez rivales, eran ahora compañeros entrañables, pues Gibson le catcheaba a Vidal. Al final los Leones de Ponce ganarían esa temporada del béisbol boricua.

En 1943, Vidal López llegó a México. En tierras aztecas el talento y la calidad pululaban, era en ese entonces la segunda liga en calidad del mundo, pues estaba llena de jugadores no solo mexicanos sino también cubanos, boricuas y estrellas negras de los Estados Unidos. A Vidal lo contrataron los Industriales de Monterrey, donde hizo batería con un futuro Salón  de la Fama, como lo era Roy Campanella. En México también jugaba Roberto Ávila, futuro campeón bate de la Americana, el infielder mexicano Chile Gomez, el receptor cubano Mike Guerra y quien le iba de tú a tú a Vidal como jugador versátil: Martín Dihigo, quien como Vidal, lanzaba y bateaba. 

Vidal con el Monterrey, el mejor momento de su carrera


En su temporada debut en la pelota mexicana, Vidal lideró a todos los lanzadores en efectividad con su excelente promedio de 2.08 y ganó 16 juegos y perdió 12, mientras bateó para promedio de .304 en 78 juegos, siendo segundo en jonrones y tercero en promedio. La actuación de Vidal desde la lomita estuvo a la altura de otros grandes que compartieron circuito con él como Agapito Mayor, Martín Dihigo y Manuel García.

Al año siguiente, de nuevo con el Monterrey, Vidal bateó para .280 con once jonrones y 60 impulsadas  en 85 juegos y terminó segundo en bases robadas con 23 estafas y quedó empatado en el tercer lugar en los jonrones. Como lanzador, en cambio, sus números disminuyeron, su marca fue de solo 13-14 con efectividad de 3.70, buena para cualquier pitcher pero mala para Vidal, si consideramos el precedente del año anterior.

Martín Dihigo


Al final de la temporada de 1944, Vidal quien solo contaba 26 años, ya acumulaba casi mil innings de labor en solo dos años, combinando sus actuaciones en Venezuela, Puerto Rico, Cuba y México, y resultado de esta enorme cantidad de trabajo, López terminó con fatiga en el brazo y una lesión en el codo, la misma que acabó con su carrera como lanzador y disminuyó sus habilidades con el bate, en resultado, la temporada de 1945 para Vidal fue decepcionante, su récord fue de apenas 0-1 y su efectividad de 9.00 en solo 7 innings de labor; Lázaro Salazar, su manager, al ver sus cualidades como lanzador tristemente mermadas lo dejó como outfielder de tiempo completo, pero solo bateó .270.

Al finalizar la temporada de 1945, la Carrera de Vidal en el exterior había culminado… solo tenía 27 años y ya no daba más su brazo. Más de 1000 innings lanzados en solo dos años, en cuatro países diferentes, jugando los doce meses del año y en un tiempo donde la atención médica al deportista estaba bastante limitada, no hubo posibilidades de salvar un talento que fue sobrexplotado.

A su regreso a Venezuela, Vidal terminó de dañar su brazo, lanzando siete innings permitió 10 hits y concedió solo dos carreras pero solo ponchó a dos. Vidal debió no haber lanzado en la última temporada en la historia de la Liga Nacional. Y aun con una lesión, Vidal bateó más que nadie más y se coronó campeón bate con average de .464 en 16 juegos, impulsando 13 carreras y anotando 14, liderando la liga en hits con 26 y dobles con 9 además de slugging con sus .714.

En 1946 el béisbol caraqueño se organiza y reconoce su estatus de profesional, modelo de juego que ya existía desde mucho antes. El Magallanes, el Cervecería Caracas, el Venezuela y el Vargas, son los equipos fundadores de la Liga y Vidal forma parte de los navieros, hasta el final de su carrera. Debido a las lesiones, los números de Vidal no fueron los mejores, en la lomita lanzó por última vez, y en tres innings de labor concedió tres carreras limpias para terminar con efectividad de 9.00 y al bate su promedio fue anémico, solo .216 producto de 29 hits en 134 turnos al bate, aunque de esos, tres fueron jonrones, suficientes para quedar a cuatro del líder Dalmiro Finol y sus 23 remolcadas fueron la cuarta mejor cantidad de la liga.

En la temporada siguiente, un poco más repuesto de las lesiones y olvidándose para siempre de la lomita, Vidal tuvo un repunte ofensivo. Su salud un poco recuperada, le bastó para jugar los 36 juegos del calendario oficial, tomó 120 turnos al bate y conectó 38 hits, suficientes para promedio de .317, octavo en la liga, además fue líder en cuadrangulares con seis y sus 25 impulsadas fueron la cuarta mejor cantidad de la liga, a solo 3 del líder, el “Chico Carrasquel”.

Vidal López, ícono del Magallanes


En la temporada 47-48, Vidal ganó el campeonato de bateo con promedio de .374 producto de 52 hits en 132 turnos al bate, mientras que sus 4 jonrones fueron la cuarta marca de la liga y sus 29 remolcadas fueron suficientes para el segundo lugar en ese departamento, sin embargo, a pesar del éxito que individualmente Vidal llevaba con el bate, el mismo no se traducía en triunfos para Magallanes, que seguía sin ganar su primer campeonato en la LVBP.

En la 48-49 López lideró la liga en impulsadas con 29 remolcadas en 29 juegos y su promedio de .372 fue la segunda marca de la liga, pero en jonrones sus 2 bambinazos quedaron muy lejos de los ocho de Jim Pendleton, los cuales eran entonces una marca. De esa manera, hasta ese entonces, Vidal había ganado en temporadas diferentes cada uno de los departamentos de la Triple Corona de Bateo, bastante impresionante para alguien, que como es necesario recordar, ya no estaba en la mejor de sus formas. A parte de las lesiones, la fatiga y la desatención médica, Vidal había descuidado su forma física, había ganado mucho peso y eso limitaba sus habilidades en el campo, ya no podía estafar bases (departamento que una vez lideró) y su velocidad le impedía alargar sencillos a dobles o llegarle a batazos entre dos en el outfield. Ese año el Cervecería Caracas ganó su segunda corona y fue el primer equipo venezolano en la Serie del Caribe. Vidal y Magallanes estaban en deuda con la afición turca. 

Vidal al final de su carrera, era evidente su declive en lo físico


La temporada 49-50 el Magallanes, liderados por la experiencia y jerarquía de Vidal López, por la frescura y talento explosivo de Luis “Camaleón” García, el poder de Jim Pendleton y el manejo acertado de Lázaro Salazar, ganaron su primer campeonato. Vidal fue segundo en el campeonato de bateo con sus .355, lejos de los .387 de Pendlenton pero bastaron para ser la segunda marca de la liga, y en jonrones Pendleton amenazó su récord de 8 pero se quedó corto con 7, Vidal López, reclamó su lugar como el gran jonronero de Venezuela, sacando 9 jonrones y estableciendo nuevo récord, además ganó el liderato de remolcadas con 43, así Vidal estuvo nuevamente cerca de ganar la Triple Corona. Vidal fue segundo en dobles con 14 y lideró la liga en slugging en lo que fue su mejor temporada en el béisbol profesional venezolano. Para terminar de coronar una temporada redonda, Vidal fue líder de remolcadas y dobles en la Serie del Caribe.

En la 1950-51, Vidal tuvo su último gran año. Bateó .359 con 5 jonrones y 35 impulsadas, no estuvo en el top 10 de los bateadores, pero fue séptimo en jonrones y remolcadas,  aunque ese año su récord de cuadrangulares, establecido el año pasado, fue roto. Sus .553 de slugging fue segundo de la liga, demostrando que aunque no estaba en la mejor de sus condiciones, Vidal aun le pegaba fuerte a la pelota, el único que superó a Vidal fue John Davis, quien fue fundamental, junto a Vidal, Chucho Ramos, Pendleton, Monzant y Camaleón en la consecución del segundo campeonato turco, con Vidal dirigiendo en parte de la temporada. En la serie del caribe, en la que Magallanes se enfrentó a Willie Mays, Clemente y compañía, Vidal fue usado como bateador emergente exclusivamente y solo obtuvo 3 hits, la misma cantidad que el outfielder magallanero titular con más hits. Aquella fue su última Serie del Caribe.

En los años posteriores, Vidal fue relegado a la banca: las lesiones reaparecieron y había aumentado mucho de peso, reducía las posibilidades del equipo tanto en el corring como en la defensiva. Vidal aceptó con la humildad que le caracterizaba su nueva asignación y trabajó para perfeccionar el arte del bateo como emergente aunque desde la 51-52 hasta la 53-54 no batearía por encima de los .300, su último jonrón lo dio en la 52-53 y tuvo actuaciones relámpago desde la lomita. En la temporada del rotatorio, la 53-54, el calendario tenía 70 juegos, pero Vidal solo apareció únicamente como emergente en diecisiete encuentros y terminó con solo dos imparables. Vidal vio desde la banca como se desvanecía, como el Chico Carrasquel se erigía como el nuevo ídolo nacional y Cameleón García como el nuevo ídolo magallanero. 

Luis Camelón García, relevó a Vidal como jugador franquicia del Magallanes


Vidal persistía. Con 35 años era joven aun, pero no tomaba en cuenta que su forma física estaba descuidada, que sus lesiones no habían sido tratadas adecuadamente y que su talento ardió con vigor en un corto periodo de tiempo, lo quemaron muy pronto. En la temporada 54-55 tomó dos turnos al bate y dijo ya no más. Luego de su retiro Magallanes sería campeón por tercera vez y ya al año siguiente se mudaba a Oriente.

Posterior a su retiro, Vidal se dedicó a trabajar como coach de béisbol hasta el día de su muerte, ocurrida como todo en su vida prematuramente a los 52 años de edad. Vidal era estrella a los diecisiete, se retiró a los treinta y cinco y nos dejó a los cincuenta y dos.


En total, las estadísitcas de Vidal están incompletas, no hay información suficiente sobre su actuación en Cuba, Puerto Rico y México, aun así, en los cuatro países que jugó, Vidal dejó el aproximado de estos números: .306 de average en 2070 turnos consumidos, producto de 634 hits con 127 dobles, 5 triples, 64 jonrones y 426 impulsadas, quizás lo más impresionante sea su slugging: 1.158 de por vida (al menos en las estadísticas recopiladas).

En el pitcheo (lamentablemente las fuentes mexicanas, cubanas y boricuas ofrecen estadísticas o escuetas), ganó 76 y perdió 50 en 552.1 innings de labor (el número real es mucho mayor)  con 61 juegos completos (tenga la seguridad que fueron mas) y 254 ponches y 123 boletos, promediando 4.13 ponches y 2 boletos por cada 9 innings de labor.

Sus estadísticas de bateo son parecidas a las dejadas por Josh Gibson en las ligas negras (otras estadísticas muy insuficientes), Gibson conectó 666 hits en 1855 turnos con 115 jonrones y 432 remolcadas con slugging de .648, pero como siempre decimos, las estadísticas no dicen lo esencial de un jugador. López tuvo en su contra el haber jugado menos en el outfield por su condición de pitcher y jugó los primeros años de su carrera, hasta los 27 años, en una liga cuyo calendario nunca sobrepasó los 20 encuentros y tomó más turnos cuando ya sus habilidades había mermado.

Aunque no se puede hacer una análisis completo de sus estadísitcas, hemos de reconocer la grandeza de Vidal de poderse adaptar a todas las ligas donde jugó y ganarse en cuatro países diferentes el reconocimiento de ser uno de los mejores sluggers-pitchers de todos los tiempos, lugar que comparte con Babe Ruth y Martin Dihigo.  


Babe Rut, el equivalente estadounidense a Vidal López


En  2001 Vidal fue el primer exaltado al Salón de la Fama Venezolano, en 2011 lo fue al de América Latina y en 2012 al del Magallanes. Hoy en una época sobresaturada de los Miguel Cabrera, los Omar Vizquel, los Galarraga, Aparicio, Armas y Carrasquel, sería vital que recordáramos siempre al pionero de todos ellos, a aquel que antes que nadie, dejó el nombre de Venezuela en alto, a aquel que como la gran leyenda de este deporte, Babe Ruth, se destacó con el bate y desde la lomita, a aquel que por cuyo color de piel fue injustamente relegado del máximo nivel de juego y de haberlo hecho, estaría en el Salón de la Fama.

El resumen de Vidal puede definirse: siete veces miembro de equipos campeones (Vargas, Cervecería, Magallanes), dos veces ganador de la Triple Corona de Pitcheo en Venezuela, dos no hitters, 5 veces campeón jonronero en Venezuela, dos veces líder en impulsadas, dos campeonatos de bateo, primero en  sacar Grand Slam en Venezuela, primero con dos jonrones en un juego, líder de la liga cubana en juegos ganados y completos,  líder de la liga mexicana en efectividad y miembro de tres salones de la Fama. 

Vidal al final de su carrera


Robert Pérez es líder de todos los tiempos en jonrones con 124 en 4937 turnos mientras que Vidal en la LVBP sacó 33 en solo 905 turnos, Robert promedia un jonrón cada 39,81 turnos y Vidal promedió uno cada 27,42 turnos, al día de hoy, con la misma cantidad de turnos que Robert, Vidal podría batear la hipotética cantidad (asumiendo que Vidal se adapte al pitcheo de hoy) de 180 jonrones. Eliécer y Alex estarían muy lejos.

Como  bien dijo, Luis Romero Petit, leyenda caraquista: “Vidal fue nuestro mejor pelotero” y como dijo Vitico, otra  leyenda del Caracas: “Una Eminencia”.




 


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